Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://jimyhrh131561.blogcudinti.com/38675545/materazzi-revela-qué-dijo-antes-del-cabezazo-de-zidane